Las estrategias de distribución son los conjuntos de decisiones que determinan cómo quiere una empresa que su producto llegue al cliente final.
Su importancia es fundamental para el buen funcionamiento de una compañía, ya que implican varias áreas, y la elección correcta del tipo de distribución en cada caso será clave.
La primera cuestión que marcará la estrategia será el tipo de distribución que se elija. Es decir, si se opta por la distribución directa o por la indirecta.
En el caso de la distribución directa, la propia compañía es la productora del bien que se comercializa y también se encarga de hacer que llegue a las manos del consumidor final, sin la intervención de intermediarios.
En cambio, la distribución indirecta requiere que participen intermediarios en el proceso, que se encargarán de distribuir los bienes en los distintos puntos de venta.
Este hecho lleva aparejado un aumento en el precio final, ya que entra en juego un agente más en la cadena que fijará un importe al siguiente eslabón para obtener su propio margen de beneficio.
Tipos de distribución indirecta
Distribución intensiva
Esta persigue que el producto se emplace en el máximo número de canales de venta posible con la vista puesta en lograr un alto volumen de ventas. Por ello, exigirá la intervención de un intermediario. Este tipo de estrategia es común en productos de primera necesidad, como los alimentos que se pueden ver en las estanterías de almacén de los supermercados o los bienes de farmacia.
Distribución exclusiva
Limita los puntos de venta a únicamente los propios de la marca. En líneas generales, esta elección es la de compañías del sector del lujo y otros bienes exclusivos, ya que resulta muy adecuada para la diferenciación del producto en el mercado y para sumar prestigio a la marca. Por ello, suele tener un peso elevado la experiencia del cliente, sobre la que tienen completo control al carecer de todo tipo de intermediarios.
Distribución selectiva
El producto se limitará a determinados puntos de venta que la marca estime oportunos. Las compañías del mundo de la moda suelen optar por este tipo de estrategia.