El cambio climático representa en la actualidad, una de las mayores preocupaciones para los llamados países desarrollados y va en aumento año tras año.
El acuerdo de París del 2015 fue determinante para tomar cartas en el asunto, pues 195 países aprobaron limitar el incremento de la temperatura global a 2ºC a finales de siglo y proseguir los esfuerzos para reducirlos 1,5ºC.
- ¿Qué es la descarbonización?
La descarbonización es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo del dióxido de carbono CO2 a la atmósfera.
Su objetivo es lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.
El ser humano al quemar combustibles fósiles para desarrollo de su economía ha incrementado el CO2, uno de los gases causantes del efecto invernadero y por lo tanto del calentamiento global y el cambio climático.
Para conseguir las emisiones neutras hay que ir a una transición energética, un cambio estructural que elimine el carbono en la producción de energía.
La descarbonización en el transporte marítimo
La descarbonización en el transporte marítimo tiene por objeto la reducción de los gases de efecto invernadero (GEI) y así evitar dentro de lo posible el aumento de la temperatura del planeta en 1,5 grados.
Se trata por lo tanto de la reducción de emisiones de carbono sobre todo del CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera.
Sabemos que el transporte marítimo representa el 80% del comercio mundial y emite unas 1000Mt de CO2 al año lo que supone el 3% de las emisiones mundiales de CO2 y el 13,5% de la Unión Europea.
Además, los buques emiten contaminantes que propician el calentamiento global tales como partícula en suspensión, los óxidos de nitrógeno NOx, los óxidos nitrosos N2O y el llamado efecto invernadero indirecto que es el óxido de azufre SOx que produce la lluvia ácida que daña los cultivos y bosques y provoca acidificación en los océanos.
El reto está basado en conseguir que la descarbonización no afecte al crecimiento económico. La descarbonización del sector marítimo y las industrias relacionadas debe observarse desde una perspectiva global. Los navieros, los puertos y los distribuidores deben tener una apuesta clara por la reducción de dichas emisiones.
Aunque en la actualidad se están empleando los motores duales que consumen combustibles diésel y LNG (gas natural licuado), que es un paso intermedio para llegar a las cero emisiones de CO2, el problema es que el gas natural licuado LNG deja una huella de GEI un 33% peor que el del carbón, si tenemos en cuenta el procesamiento y el transporte.
La OMI (Organización Marítima Internacional) en su estrategia de reducción de los GEI puso el objetivo de reducir dichas emisiones en un 40% para 2030 y un 70% para 2050