¿Estados Unidos puede apropiarse del Canal de Panamá?

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Esta vía navegable, que atraviesa 80 kilómetros a través del istmo de Panamá para conectar los océanos Atlántico y Pacífico, es una arteria del comercio mundial y una fuente clave de orgullo panameño.

El Canal de Panamá destaca por ser una de las rutas comerciales más importantes a nivel mundial. 

No obstante, en la actualidad se enfrenta una crisis debido a la sequía extrema que ha reducido el número de barcos que pueden cruzarlo, según explican analistas de CNN.

Para solucionarlo, autoridades panameñas proponen la construcción de una presa, lo que ha desatado controversia por el desplazamiento de personas. En medio de la crisis, el presidente Donald Trump, no ha dejado de insistir en que Estados Unidos recupere el control del canal.

Desde que Trump regresó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, ha afirmado, sin pruebas, que China es quien realmente tiene el control del canal, además de criticar en múltiples ocasiones las tarifas impuestas por Panamá. 

Bajo esta misma línea, ha sugerido que podría usar la fuerza militar para retomar el manejo del canal. Como era de esperarse, las declaraciones del republicano han generado un rechazo por parte del gobierno de Panamá y su presidente, José Raúl Mulino, ha insistido en que el control del canal no está en discusión.

Desafía la historia

Estados Unidos construyó el canal a principios del siglo XX, siendo el administrador del mismo durante décadas. 

Tras años de negociaciones, Panamá asumió el control total en 1999, luego de que Estados Unidos lo cediera a través de los Tratados Torrijos-Carter. Desde entonces, el país ha manejado el canal con éxito, convirtiéndolo en un pilar de su economía. 

Actualmente, el canal transporta más del 3% del comercio marítimo mundial, sin embargo, su funcionamiento depende del agua de lluvia, lo que lo hace vulnerable, especialmente en tiempos de sequía.

Pese a las declaraciones del presidente Trump, expertos aseguran que sus amenazas son poco probables a concretarse, en gran parte, por los existentes acuerdos internacionales, además de desafíos logísticos y ambientales. Sin embargo, no deja de ser una preocupación, pues su retórica va más enfocada a obtener beneficios comerciales, mientras que, en Panamá, el canal se ha convertido en parte de su identidad nacional.