La huelga tuvo su origen en la falta de acuerdo entre la Asociación Internacional de Estibadores (ILA, por sus siglas en inglés) y la patronal US Maritime Alliance (USMX).
El conflicto se centró en dos puntos clave: por un lado, el sindicato exige un aumento salarial de hasta el 77% durante la vigencia del contrato; por otro, manifiesta su preocupación por el uso de la automatización en los puertos, argumentando que conllevará la pérdida de empleos.
La USMX, por su parte, ha propuesto un incremento salarial superior al 50% en un contrato de seis años.
La huelga terminó tras un acuerdo provisional que prorroga el contrato hasta enero de 2025.
Esta extensión les da a ambas partes algo de tiempo para negociar los asuntos pendientes , pero si no se renueva un contrato para entonces, el sindicato podría volver a declararse en huelga.
Los transportistas aún están lidiando con los impactos persistentes de algunos de los cierres de terminales que tuvieron lugar durante el paro laboral.
¿Qué está pasando ahora tras huelga?
La huelga portuaria estadounidense ha terminado, pero las repercusiones están lejos de haber terminado.
Una semana de interrupción suele dar lugar a meses de retrasos en los puertos, y estos retrasos aumentan a medida que se avanza hacia el interior.
Como se ha visto en el pasado, cuando aumenta la congestión portuaria y el tiempo de permanencia, los equipos permanecen inmovilizados durante más tiempo y las tarifas tienden a aumentar a medida que disminuye la disponibilidad de los mismos.
Además, el sudeste de los EE. UU. también se está recuperando del huracán Helene.
Algunos de los puertos más afectados por la huelga fueron:
- Nueva York/Nueva Jersey: El puerto más grande de la costa este, que es fundamental para el transporte de maquinaria pesada y productos minoristas.
- Baltimore y Brunswick, Georgia: Los principales puertos de importación de automóviles del país.
- Filadelfia: Puerto que importa principalmente frutas y verduras, principalmente de América Latina.
- Nueva Orleans: Puerto importante para la entrada de productos agrícolas como cacao y café de Sudamérica, además de productos químicos y madera.