El sector del transporte de carga se caracteriza por su sensibilidad a los cambios políticos, y las elecciones presidenciales de Estados Unidos no son la excepción.
Para las empresas y transportistas implicados en el comercio entre EUA y países aliados, las consecuencias de estas elecciones suponen tanto retos como oportunidades.
A medida que se introducen nuevas políticas y se revisan las anteriores, la dinámica del comercio transfronterizo entre EUA y México puede cambiar significativamente.
Estos cambios pueden afectar todo, desde las tarifas de flete y los volúmenes hasta los acuerdos comerciales internacionales. Con las elecciones nacionales de noviembre a la vista, entender los posibles cambios es crucial para que las empresas y los transportistas atraviesen el panorama postelectoral con eficacia.
El Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA) es un tratado de libre comercio fundamental que afecta significativamente a la industria del transporte de carga, en particular para las empresas y transportistas que operan a través de las fronteras de Norteamérica.
Las elecciones presidenciales pueden provocar la reevaluación o renegociación de estos acuerdos. Por ejemplo, las elecciones de 2020 impulsaron los debates sobre el refinamiento de ciertas disposiciones del USMCA para abordar mejor las normas laborales y medioambientales.
Cambios al USMCA (T-MEC) podrían tener implicaciones de gran alcance para el comercio entre Estados Unidos y México, influyendo en los volúmenes de carga, los costos y los requisitos de cumplimiento. Los ajustes en los términos comerciales, aranceles y regulaciones bajo el USMCA pueden afectar directamente la eficiencia operativa y la estructura de costos para las empresas.
El impacto de nuevos aranceles
La aplicación de nuevos aranceles es una estrategia común utilizada por las administraciones para proteger a las industrias nacionales o tomar represalias contra prácticas comerciales desleales.
Después de las elecciones de 2016, la introducción de aranceles sobre los productos chinos y los posteriores aranceles de represalia tuvieron un efecto cascada en el comercio entre Estados Unidos y México, lo que provocó un aumento del 6% en los costes de flete de los productos afectados.
El sector del transporte de carga debe permanecer alerta y adaptarse a los nuevos aranceles introducidos por el gobierno.
Estos aranceles pueden aumentar el costo de importar bienes, lo que afecta a las industrias que dependen de componentes extranjeros o productos terminados.
